Un absurdo sentido de fanatismo lleva a primitivizar un espéctaculo. La honra absurdamente detrás de una bandera o camiseta. Muchas veces alentado por preguntas de periodistas, jugadores y directivos estimulan un caldo de cultivo para la violencia sobretodo cuando existe un clásico. Sin embargo, ante la muerte, la hombría y la honra desaparecen: Reacciones de Pilatos, reacciones de ratas. Para quienes el fútbol es indiferente, piden que se suspenda todo: estadios, campeonatos, clubes, todo. Para quienes el fútbol es parte de la vida, las medidas deberían ser tan sólo policiales. Del fútbol viven desde un vendedor de golosinas hasta un directivo de fútbol pero quizás es momento de sentir que la responsabilidad nos toca a todos y toca nuestros bolsillos. En Uruguay, ante un evento similar se produjo un movimiento inusual del cual se debe aprender: Ninguna camiseta vale más que una vida
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Cerdas Travesías
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Tuesday, September 27, 2011
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